Me miro en el espejo, es antiguo y ovalado, soy una mujer joven, muy linda, mi pelo es largo, rubio, y mi piel es blanca. Mientras, detenidamente me miro en el espejo, cojo una ropa pesada y dura, metálica...es una armadura. Tengo que ir... hay gente que me espera (Así comienza la regresión de Lidia, capturando mi atención, desde sus primeras palabras) llevo en mi mano una espada que brilla mucho, con ella me siento segura.
Hay un hombre que me está esperando allá abajo de las escaleras, él tiene su cara tapada, pero puedo ver sus ojos. Hay muchos hombres más, y todos visten de armadura, él me recibe de la mano y me dice dulcemente vamos, y yo con él, me siento protegida. Pero salimos y llega un momento en que tenemos que separarnos, el va por un camino, yo voy por otro, y hay muchos hombres más que me siguen, yo les doy órdenes, siento que vamos en busca de algo, yo soy la única mujer, soy su líder y vivo en un alto castillo gris, y con muchas escaleras.
Ese hombre que me recibe, y también me guía, me hace sentir fuerte, muy fuerte .Con él, no siento miedo a nada, él es alguien muy especial para mi, conversamos y decidimos juntos cada paso que daremos.
Y mientras avanzamos por prados verdes y bosques en nuestros fieles caballos, algunos de mis hombres caen en el camino, porque los atacan los hombres de negro, yo les digo con autoridad, avancen, nunca miren hacia atrás. Seguimos, y veo junto a mí, al mismo hombre que me esperaba al bajar las escaleras del castillo..".Es Daniel en mi vida actual". Me abraza fuertemente, mientras me mira, y me dice, todo terminará, todo va a estar bien, cuando él me abraza, siento una inmensa tranquilidad y seguridad, nos reímos mucho juntos. Cuando tengo dudas le pregunto y el me guía, además me enseña los movimientos para pelear, como protegerme, y como dirigirme a mis hombres.
Sé y siento que nos conocíamos desde niños, y él siempre ha confiado en mí.
Ante mí, noto muchos ojos brillosos, que me miran, y yo siento la gran responsabilidad de no fallarles.
Tengo la sensación que ha transcurrido algún tiempo...No sé cuanto! y en mi corazón hay una escalofriante sensación, como si alguien quisiera tenderle una trampa a ese hombre tan importante para mí. Intuyo que algo malo le va a pasar... Y Ahora puedo confirmarlo, porque lo invitan a un lugar como a una casa, hay un hombre vestido de negro, y mientras ellos hablan, yo veo que comienzan a pelear, y se forma una pelea muy grande entre ellos dos, se oyen fuertes gritos, él cae al suelo lentamente, mientras yo desesperada, me acerco, y le digo... "Eres mi vida". Y sigilosamente el otro hombre se aleja y desaparece... Yo angustiada y con mucho miedo de lo que pueda pasar, lo tomo con dificultad, lo arrastro, y me lo llevo de ahí. Su pecho sangra, y noto que le cuesta respirar, porque está gravemente herido...Me pesa mucho, muchísimo y lo llevo como puedo, mientras siento cómo me cuesta arrastrarlo por el suelo.
(En ese momento de la regresión, le pido a Lidia que piense en el hombre que tendió la trampa, y atacó violentamente a su amor, para descubrir si ese hombre ha aparecido en su vida actual....y sorprendentemente reconoce en él, a su ex marido, el padre de su hija, y con quien tuvo una relación muy tormentosa. Inmediatamente Lidia continúa su relato).
Mi gran amor, protector y guía , me tiene el en alma en un hilo, porque busco la forma de salvarlo, pero él resignado me dice sus últimas palabras, y yo aún creo en la posibilidad de arrebatárselo a la muerte , él me dice tranquila, estoy bien, mientras lloro limpiando cuidadosamente sus heridas.
Se queda como dormido y se va en mis brazos, pero antes de morir, me dice:Te amo...te amo mucho!!
Pero como ya sabes la vida no es una, y si en esa vida el destino los separo, en ésta, fue todo lo contrario, porque después de la regresión, y hace sólo unos meses atrás, se casaron y puedo dar fe que son inmensamente felices.
Y uno puede descubrir, y comprender a través de un regresión, todas esas cosas que te has preguntado, así como también reconocer a las personas que han sido importantes en tu vida, o quizá a esas que te han dañado. y al mismo tiempo cerrar las heridas que te acompañan desde vidas pasadas.
Marcia
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