"PROMESAS DEL ALMA"
Como es de costumbre y parte de
mi rutina, una vez terminadas mis sesiones del día y como revisando el inventario de cada historia, comienzo a desmenuzar y a recordar los
episodios más relevantes de cada jornada, como si mentalmente pudiese hacer un
balance de los temas más recurrentes de
mis sesiones, que se repiten una y otra vez, mientras me acompaña la suave música de siempre, el ambiente ideal para disfrutar de la tranquilidad…y mientras
pienso y repaso las experiencias del día, y que nunca me han dejado de
sorprender, porque cada persona es un mundo nuevo y oculto, que puedo descubrir, y mágicamente puedo
ayudar a revivir. Mientras estoy en ese momento, siento que yo también formo parte de ese
mundo que me captura, me seduce y de
alguna manera también estoy en esa
historia, como una lluvia de imágenes y
sensaciones que puedo sentir
en el aire...
Pasaba el tiempo… y sumergida en esos
pensamientos, como cuando uno estás leyendo un libro que te tiene atrapada(o) por horas, como si estuvieras viviendo lo que el personaje vive,
recorriendo los lugares que el personaje recorre, perdida en el tiempo y
espacio… de pronto, golpean fuertemente
la puerta de la consulta, la abro y un señor me pregunta por una persona desconocida para mí, se
equivocó de oficina, era otra persona a
quien buscaba, cierro la puerta y mientras el hombre se iba, el sillón me estaba esperando para seguir mi
reflexión, pero de pronto… en la medida que vuelvo a sentarme, llegó a mi mente el recuerdo de un tema que
estaba repitiéndose últimamente
en mis sesiones: “las promesas” . Y fue
en ese preciso momento cuando recordé la regresión de Amaya una
mujer de 30 y tantos, que agendó una
hora intentando encontrar la forma de comprender a través de
una regresión, esa anhelada respuesta:
“El por qué llevaba casi 10 años en una
relación sentimental que la consumía a diario y como si algo invisible
impidiera cortar esa relación, una parte de ella quería y al mismo tiempo no
podía , tanto ella como Ignacio, su pareja, que también se negaba a dejarla sin saber el
por qué. La respuesta llegó al descubrir
que había hecho “una promesa” en
una vida anterior en Francia, el año no lo recuerdo, la promesa: “Estar
juntos por siempre”. Entre tantas historias, recuerdo también
la de Gilda, que me conmovió profundamente
porque puedo decir… murió por amor. En un lugar de España
trabajaba como bailarina, hace algunos
siglos atrás, describe los colores de su ropa llamativa, conoce a un hombre casado, algo mayor que ella, del que se enamora perdidamente, su corazón no
obedece a compromisos ni familia… solo a
amar, y mientras se encontraban, era como si el tiempo se detuviese en esos
momentos ocultos y a escondidas en
distintos lugares. Haciendo que esta
ardiente relación quedara
perpetuada en una promesa: “Amor eterno.” La que no pueden cumplir, porque
la cobardía de este hombre lo paralizó como atando sus brazos y su corazón, y alejándose de Gilda para siempre. Ella por su
parte describía que su vida estaba hecha pedazos , obligándose
y torturándose hasta el final de sus días a permanecer en un convento
para morir lentamente, el dolor no conocía pausas, se hacía sentir intensamente
mientras los días pasaban, mientras lentamente se debilitaba al no ingerir
alimentos, ya no habían motivos para seguir viviendo...Murió por amor. Y así giraban en mi mente muchos relatos, para detenerme en
uno de ellos que en ese instante capturó mi atención, y me detengo en esta
conmovedora historia, la de Alejandro, un hombre joven obsesionado por permanecer
estudiando, terminando una carrera para nuevamente comenzar con otra, tomaba
consciencia que su conducta no era normal, y se sentía preso de esta obsesión que
cada vez se hacía más difícil de controlar, pero pronto y fluidamente logra
descubrirlo dibujando en su rostro la perplejidad y el asombro por esa
misteriosa obsesión que pudo comprender y ver
con detalle de donde venía exactamente: “Una promesa” que hizo a su padre en la
época de la segunda guerra mundial, y no pudo cumplir: “Hijo…prométeme que nunca dejarás de estudiar…para
que no seas un campesino como tu
padre”. Pero, cuando fue obligado a ser
parte del escuadrón de la muerte, su promesa quedó hecha cenizas, porque no
había opción para escapar de aquella oscura
realidad.
Y cada una de estas tres “promesas” tiene un
interesante desenlace, porque en el caso de Amaya, su promesa fue cortada, con el fin de tener un amor libre, un amor natural y sincero que naciera a partir
del alma, sin ataduras ni culpas. Gilda por
otra parte, no quiso romper esa promesa,
y esta vez la cumpliría porque ese gran amor se mantenía intacto a pesar
del tiempo que había transcurrido, a pesar de ser un amor de vidas pasadas…era
solo cuestión de tomar una decisión que cambiaría sus vidas, cerrando para
siempre ese ciclo inconcluso del pasado. Y Alejandro pudo comprender
inmediatamente el origen de la obsesión que lo mantuvo estudiando la mayor
parte de su vida, con lo cual su promesa quedó
disuelta en esa vida de Alemania, al recordarla y revivirla, entre muchos detalles y recuerdos
que lo sacudieron fuertemente, pero gracias a este tomar consciencia, logró romper
esa promesa y sanar. El resultado… una vida normal, todo encajaba como un
rompecabezas perfecto, donde hay un lugar para cada pieza.
Conclusión: No te puedes imaginar
como una aparente e ingenua promesa
hecha desde el corazón puede definir y marcar tu vida siguiente, siempre me sorprende conocer esas promesas.
Porque en este momento me pregunto si tú
en algún momento de tu vida ya hiciste esa promesa.
No sé
si tienes la respuesta en tu mente o en tu corazón, pero te invito a
reflexionar un momento…….para que tengas
presente que una promesa la puedes llevar contigo y con quien la hiciste... a tus vidas
siguientes, creando fuertes y solidas
ataduras muy difíciles de cortar.
Espero te
sirva y te haya gustado el maravilloso tema de las promesas y este artículo
que comparto contigo con mucho cariño!!!
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Un gran
abrazo y como siempre...muchos cariños!!
Marcia
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